PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 34

2-0. El Atlético se apaga en San Mamés

Pierde de nuevo en Bilbao y el Betis se puede situar a un solo punto en la lucha por la cuarta plaza

El Barça se le puede ir este domingo a cinco puntos, pero sigue dependiendo de sí mismo para ser tercero

El partido pasó en dos minutos del 1-1 al 2-0 en un penalty de Herrera sobre Muniain

El equipo salió muy mal y empezó perdiendo con un gol en propia puerta de Mario Hermoso

Nueva actuación decepcionante de Griezmann y Luis Suárez, que estuvieron ausentes

Atlético de Madrid
Nico Williams y Reinildo disputan un balón
Tomeu Maura

Todos los factores se volvieron en contra del Atlético en San Mamés, donde sufrió la tercera derrota en sus cuatro últimas visitas. Encajó un gol en propia puerta nada más empezar y recibió el segundo de penalty dos minutos después de estrellar en el travesaño un balón que hubiera supuesto el empate. Las consecuencias en la clasificación son graves. Si el Betis gana el lunes en Getafe la cuarta plaza se quedará a un solo punto de distancia, pero es que además el Barça dispone de la posibilidad de marcharse a cinco puntos de diferencia si derrota este domingo al Mallorca. Para acabar de completar una noche negra tanto Hermoso como Reinildo vieron sendas tarjetas que les inhabilitan para jugar la próxima semana el derby ante el Real Madrid.

El Athletic dejó sin respuesta al Atlético en una salida tan explosiva como contundente que logró su objetivo de encerrar a los de Simeone en su área. Raúl García ensayó en dos ocasiones con el punto de mira desviado, pero quien hizo barraca finalmente fue Iñaki Williams, que a los ocho minutos recibió un pase largo, cuerpeó con éxito ante un Giménez poco expeditivo que acabó yéndose al suelo y permitiendo al atacante que pisara al área para ponerle un centro a Muniain que no terminó de llegar a su destino porque Mario Hermoso lo interceptó para introducir el balón en su propia portería. Un gol de desgracia, pero que reflejaba la enorme superioridad bilbaína en el arranque del partido.

El Atlético acusó el golpe y quedó tendido sobre la lona, a merced de un rival hambriento y ansioso por acabar cuanto antes con el partido. Lo tuvo en la mano en un centro chut extraño de nuevo de Iñaki Williams desde la izquierda, pero el balón, al que no atacaron ni los centrales ni Oblak, acabó siendo escupido por el poste. Resignado en la banda, convencido de que su plan se había hecho añicos demasiado pronto, Simeone buscó con la mirada a Vivas suplicando soluciones.

Media hora le costó al Cholo comprender que debía olvidar el sistema de tres centrales y recuperar el 4-4-2 para igualar al Athletic en medio campo. Reinildo se aposentó en el lateral, Lodi ganó varios metros y por fin el equipo hizo acto de presencia en el partido. Kondogbia, con un disparo desde fuera del área, estuvo a punto de lograr el empate, pero quien más cerca lo rondó fue Carrasco, que forzó al filo del descanso una jugada muy similar a la que provocó el gol del Athletic, pero en esta ocasión el rebote en el defensa no fue a portería, sino que se marchó por la línea de fondo para cerrar una primera parte que terminó el Atlético mucho mejor de lo que la había empezado aunque, eso sí, sin que hubieran hecho acto de presencia ni Griezmann ni Luis Suárez, totalmente ausentes.

Simeone retiró a Reinildo en el descanso para dar entrada a Correa y devolver a Carrasco a la posición en la que mejor rinde, la banda izquierda. Las consecuencias no tardaron en verse. El Athletic no tuvo otra que meterse atrás y empezar a sufrir. A los 50 minutos pudo llegar el empate en un golpe franco que Griezmann estrelló en el travesaño. Todo parecía volver al orden que pretendía el Cholo, pero dos minutos más tarde de que la madera le hubiera negado el gol al Atlético Herrera cometió un penalty innecesario sobre Muniain que Iñaki Williams transformó con maestría.

El 2-0 fue el golpe de gracia para un equipo que no va sobrado de confianza. De Paul, Koke y Cunha pisaron el césped en busca de un milagro, pero lejos de conseguir meterse en el partido los cambios sólo provocaron que el Athletic disfrutara al contragolpe de una verdadera autopista por la que le pudo hacer un verdadero destrozo al Atlético de la mano de los dos hermanos Williams, especialmente Iñaki, al que fue imposible parar.

A falta de cuatro partidos para que la Liga eche el telón el Atlético transmite evidentes síntomas de asfixia. El equipo da ya para poco y se enfrenta a la necesidad de mantener la cuarta plaza si no quiere sufrir un verdadero colapso económico. Lo va a tener difícil porque el primer test es ante el Real Madrid, que aún no ha perdido nunca en el Metropolitano.

 

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